jueves, 18 de marzo de 2010

De profesión, Presidente.



En la actualidad, hay muchos dirigentes del fútbol español que tienen algo en común: cada uno es diferente al otro. Por ejemplo, Manuel Ruiz de Lopera, el "Mártir del beticismo". Cuando el Betis estaba en coma, él cogió las riendas y lo mantuvo a flote. Hasta que llegó la devacle deportiva, que les llevó a Segunda División, y ahí están aún, intentando salir. A Don Manué se le ocurrió un día mandar al pobre Joaquín a Albacete mientras negociaba su fichaje con el Valencia. Y claro, si tienes una estrella en tu plantilla, no la vas a dejar ir por nada interesante a cambio. Pero al final el presi no se salió con la suya, y Joaquín terminó en Mestalla. Mientras tanto, en la otra orilla de Sevilla, este santurrón, por votación popular, consiguió cambiar el nombre de "su" equipo de Benito Villamarín a "Manuel Ruiz de Lopera". ¿Un simple capricho? Y ahí está ahora. Recibiendo reprimendas, domingo sí, domingo también. Fue héroe, pero ahora es villano para una gran mayoría.

En segundo lugar, entre los presidentes del fútbol español podemos ver a Augusto César Lendoiro. El primero en colocarse un sueldo como "presidente". Y, como dicen todos, el negociador más duro de la LFP. Si eres director deportivo o presidente de un club y quieres negociar con Lendoiro, vete preparando unas maletas, porque seguro que más de un día estarás en A Coruña, y más de un restaurante visitarás. Además de tener un yet lag impresionante, porque sus reuniones duran hasta altas horas de la madrugada.

Luego tenemos a Enrique Cerezo. Para mi, el presidente más sensato del fútbol español. Año a año le van bombardeando con noticias ficticias, y en épocas inapropiadas acerca de la venta de sus dos jugadores estrella, y el pobre hombre, aguanta y sale del paso sin problemas. Agüero, ha pertenecido en distintos momentos del año a Real Madrid, Fútbol Club Barcelona, Chelsea, Manchester United, Manchester City, etc... Y Diego Forlán, más de lo mismo. La prensa, ¡ay, la prensa!

En el sur nos encontramos al gran José María Del Nido. El abogado que no cabe en sus propios pantalones, de tan alto que tiene su autoestima. Para Del Nido, y para quién no, su club es el mejor del mundo (sobre todo en los años 2006 y 2007). Tiene en sus filas a Monchi, el tío con mejor ojo de la liga. Trae siempre jugadores, no nombres, y gracias a eso, el Sevilla F.C. está en la mejor época de su historia.

Al noreste del país (al contrario de lo que algunos, él incluido, piensan), está Joan Laporta. Ese hombre que llegó al Barcelona rodeado de misticismo y ahora es odiado por aficionados del Barcelona, y por muchos de los aficionados del resto de clubes españoles. Laporta es capaz de lo mejor, y de lo peor. Ganó unas elecciones con claridad, y evitó una moción de censura también. Trajo a un hombre de su confianza al club como Sandro Rossell, y ahora, todo lo que olía a Rossell en el vestuario fue borrado. De poco para acá, Joan, o Juan, como le han bautizado en tierras madrileñas o en la "caverna", como él los llama, en los últimos tiempos no ha hecho más que perder todo lo que ganó con su nombramiento. Le odian los aficionados del resto de clubes españoles, le odian los aficionados del Barcelona, no catalanes. Eso sí que es ganarse el sueldo. ¿Y todo esto por qué? Pues resulta, que Joan tenía como meta, el ser presidente de Catalunya, y ese parece que será su próximo trabajo. ¿Qué ascenso, no? Sí, una aspiración mucho mayor que la anterior, sí, pero lo veo injusto. Porque con el sentimiento de los aficionados no se juega, y el llegar y decir que "el Barcelona es un patrimonio de los países catalanes" ofende a mucha gente de fuera de Catalunya que tiene como color el azulgrana.

Por último, y completando el poker presidencial de la LFP, nos encontramos a Florentino Pérez. El ecónomo. El gran salvador de los madridistas. Pero no es ningún moco de pavo. Llegó hasta dos veces para alimentar las decaídas caras madridistas, y vaya si lo consiguió. Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema, Xabi Alonso, Albiol. Un equipo de ensueño. Y los estómagos agradecidos madridistas lo han alabado por ello. Y otros muchos se han muerto de envidia. Aunque otra cosa le diría yo a Florentino. Si va a gastar dinero, que lo gaste en los clubes españoles, que están necesitados de dinero, y puede pescar auténticos cracks. Que no hace falta mirar a fuera para traer un gran futbolista.

Y bueno, como colofón... El gran presi. El presidente del Furgol español. Ese que lleva más años que el anuncio de Cola-Cao. Y que ahora es la mano derecha del presidente de la UEFA. ¿Y qué pinta ahí Villar? Un formato de Copa penoso, un calendario deprimente. La gestión de Villar está pasada de fecha.

1 comentario:

  1. Interesante reflexión. A mi me gusta también Roig por lo que ha hecho en el Vilareal y, aunque soy catalán, no me gusta nada Laporta. Ha llevado bien al club, pero desde la moción se le ha subido la fama a la cabeza, por no decir que se le subió antes.

    Saludos desde http://ojeadorinternacional.blogspot.com/

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