sábado, 3 de julio de 2010

Dentro del Mundial: Cuartos de Final. Cae el Dios y aparece San Iker.



PAÍSES BAJOS - BRASIL (2-1)

Con este duelo rememorando los grandes enfrentamientos del fútbol mundial se inauguraron los cuartos de final de Sudáfrica. Y no defraudó. Los dos equipos se buscaron sin llegar a provocarse sustos. La zaga holandesa cometió un grave error al dejarle un pasillo libre a Felipe Melo para que éste le diera un pase a Robinho y batiera éste a Stekelemburg estableciendo el primer gol del encuentro. La selección europea se mantenía en el partido con tranquilidad, y de vez en cuando daba un zarpazo, aunque fuera débil, en las botas, entre otros, de Dirk Kuyt.

La canarinha tenía el encuentro bajo control. Iba con ventaja en el marcador, y aprovechaban las salidas rápidas de Kaká, Robinho y Alves, gozando también de alguna oportunidad clara, como la que salvó el guardameta del Ajax de Amsterdam en el minuto 31 del encuentro. Era un partido cómodo para los de Dunga.

Y en el minuto 53 de partido comenzó la remontada. Una falta lanzada por Wesley Sneijder al punto de penalty entra a gol ante la mala salida de Julio César, que va a por uvas y no acierta a despejar el balón ante Felipe Melo, que lo introduce en la portería con un toque suave. El gol se lo adjudicaron finalmente al 10 holandés. A los 68 minutos la defensa brasileira se quedó paralizada. Robben sacó un córner que peinó Kuyt al punto de penalty, y Sneijder remató solo a portería, consumando la remontada final. Y más se le complicó el partido a los sudamericanos que, por una auto-expulsión de Felipe Melo por un pisotón a Robben.

En resumen... La pentacampeona se va a casa, y los holandeses vuelven a resucitar el espíritu de "la naranja mecánica" y se enfrentarán a Uruguay en semifinales.

URUGUAY - GHANA (1-1)(4-3 penalties)

Era el partido más exótico de la ronda de cuartos de final. Por una parte, hacía 40 años que los uruguayos no llegaban hasta ahí. Por otra, los Ghaneses tenían el apoyo de todo el continente, al ser la única selección de África en octavos de este torneo, y la primera en la historia con opciones de jugar las semifinales.

Fue un encuentro muy disputado, y los porteros tuvieron una gran cuota de protagonismo en los dos equipos. Muslera el uruguayo, por unas paradas, entre otros, a Gyan tras un derechazo. Y en el caso de Kingson, por sus errores o casi errores, que le pudieron costar caros a su país.

Un gol al final del primer tiempo de Muntari desde 40 metros adelantó a las estrellas negras en el marcador. Un remate de falta de Forlán que se comió Kingson fue, el empate. Y con el resultado de empate a uno se llegó a la prórroga. Y en la prórroga, concrétamente en el minuto 120 del encuentro Asamoah Gyan, el goleador ganés tuvo la clasificación en sus botas. Un penalty por manos de Luis Suárez en línea de gol. Pero el lanzamiento se fue a las nubes. El delantero del Ajax, que abandonó el estadio llorando pensando que con su error iban a ser eliminados, cambió su semblante a alegría desbordada al ver que el penalty había sido fallado. En la posterior ronda de lanzamientos, las paradas de Muslera y un gol a lo Panenka del "Loco" Abreu le dieron el soñado pase a Uruguay.

ARGENTINA - ALEMANIA (0-4)

Si el enfrentamiento entre Holanda y Brasil era un clásico, el que enfrentó a teutones y argentinos no podía ser menos. Era el otro partido que causaba gran espectación. La joven Alemania contra la extravagante Argentina de Maradona. Duelo de mediapuntas de lujo, Özil contra Messi. Y de delanteros matadores como Higuaín y Klose. El partido se había calentado en la previa con declaraciones de Lahm y Schwensteiger, acusando a los de la albiceleste de jugar sucio.

Aunque la verdad, el principio fue inesperado. Müller adelantó a los suyos a los dos minutos de comenzar el partido, y los argentinos se sintieron como si les hubiera caído encima a cada uno, un piano gigante de cola, porque desaparecieron del campo. El dominio fue alemán durante un buen rato, aunque dicho dominio no se concretaba en ocasiones claras. Y hasta el segundo tiempo no llegaron los otros tres goles: dos de Klose y uno de Friedrich. Ni las galopadas de Di María, ni el desaparecido Lionel Messi, ni el goleador Higuaín tuvieron un día acertado. El primero lo intentó muchas veces, la mayoría con la garra, pero sin cabeza.

Argentina se va del Mundial de Sudáfrica por la puerta de atrás y con la cabeza agachada después de haber tenido un torneo impecable con pleno de victorias. Su seleccionador, Diego Maradona puede que cuente estos días como los últimos en el cargo.

PARAGUAY - ESPAÑA (0-1)

¿Superioridad aplastante? Por nombres se podía pensar que España ganaría a la selección guaraní sin despeinarse. Pero teniendo en cuenta que Paraguay plantó cara, pues ya esa superioridad se esfumó. El equipo de Del Bosque fue un pobre equipo que intentaba desquitarse la presión y los ataques paraguayos cuanto antes. Nélson Valdéz y Cardozo dejaron más de una vez temblando a los defensores españoles. Y sus compañeros llegaban al área de Casillas con mucha asiduidad. Mientras tanto, Xavi, Xabi y sobre todo Torres se estrellaban contra la muralla guaraní. España ganaba en posesión, sí, pero no servía de nada.

El árbitro guatemalteco Carlos Batres permitía el juego brusco paraguayo dejando de señalar muchas faltas claras y de sacar algunas tarjetas para el conjunto rojiblanco. Pero fue una jugada en el área española la que marcó el partido. En un córner, Gerard Piqué agarró absurdamente de un brazo al delantero Cardozo, y el colegiado pitó penalty. Lo lanzó el propio Cardozo, e Iker Casillas lo detuvo. En la siguiente jugada, Villa es derribado en el área paraguaya, y Batres vuelve a señalar la pena máxima. En esta ocasión el lanzador fue Xabi Alonso, que metió gol. Pero tuvo que repetir el lanzamiento, ya que algunos jugadores entraron al área antes del lanzamiento. Y en el segundo intento, Justo Villar detuvo el tiro, y el rechace fue a parar a los pies de Cesc, que fue derribado por el portero guaraní, pero en esta ocasión el trencilla no señaló nada.

Y la desesperación se introdujo en el cuerpo de los de Del Bosque. Cesc y Pedro fueron los encargados de desatascar el campo para los españoles al salir desde el banquillo. Además de Marchena, que fue sustituto obligado de un Puyol lesionado.

Tras tanto toque, tanta prisa, y tantos sustos de los jugadores paraguayos, llegó una jugada de Iniesta que centró a Pedro que se fue hacia el portero, lanzando el balón al poste. El rechace le llegó a David Villa. Y el goleador no perdonó, eso sí, hubo tensión porque el balón fue de poste a poste.






2 comentarios:

  1. bueno haber si no sufrimos tanto con Alemania

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  2. Juanma,felicidades por el blog lo primero y por tus comentarios lo segundo.Sigue así,este es el camino.Se ve que disfrutas con ello y esa es la mejor manera para que disfrutemos los demas.

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