David Trezeguet, 34 años. No es una joven promesa, como todos sobre los que solemos hablar en este blog. Pero su situación merece que le dediquemos unas líneas. Lo ha sido todo: Campeón del Mundo y de Europa con la selección francesa. Campeón de la Serie A y la Ligue 1. Y además, individualmente, fue nombrado "Mejor futbolista extranjero del Año en la Serie A" y "Mejor Jugador del Año" en 2002, además de obtener el premio de "Capocannonieri" o máximo goleador. ¿Gran palmarés, no? Pues aún falta por contar el premio más especial. David Trezeguet fue nombrado "Caballero de la Legión de Honor" en 1998, la más conocida e importante de las condecoraciones francesas, junto a sus compañeros campeones de la Copa del Mundo en su propia casa.
David ha dejado huella en todos los lugares en los que ha estado. Debutó como profesional en un club argentino llamado Club Atlético Platense, que en aquel año militaba en la Primera División. Con 17 años se trasladó a Francia, a jugar en el AS Mónaco, club al que pertenecía cuando conquistó los mayores éxitos con su selección. Y este éxito le valió para fichar por uno de los clubes más importantes del fútbol europeo, la Juventus de Turín, donde se hizo un nombre escrito con letras mayúsculas en el panorama futbolístico mundial. En Italia fue toda una leyenda.
Pero el final de su carrera se acercaba, y decidió cambiar de aires. El Hércules de Alicante ascendía a Primera División en España, y como bomba del mercado, se hicieron con los servicios del delantero, además de otro jugador importante como Haedo-Valdez, para formar una pareja que les permitiera quedarse otro año en la máxima categoría, y así seguir un año más, que era lo que se había firmado en el contrato. Sin embargo, la temporada del Hércules no fue suficiente, y la de Trezeguet fue algo irregular, y el descenso obligó a buscar una salida.
Y su penúltimo destino fue el Baniyas SC, de los Emiratos Árabes Unidos. Y la experiencia fue algo pobre, ya que sólo disputó dos partidos. Y le llegó la oportunidad que quizás soñaba. Recibió una llamada de un club de Segunda División. No era su 1ª experiencia en una categoría inferior, ya que formó parte de la plantilla de la Juventus que descendió a la Serie B por el MoggiGate. Y en este caso, la llamada era algo especial. El todopoderoso River Plate llamó a su puerta en el año de su primer descenso en Argentina, para afrontar la 2ª mitad de la temporada, y David no lo dudó.
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