Dentro del Mundial: 10ª Jornada. Los Kiwis amargaron la pizza. Y Lannoy, su partido.

ESLOVAQUIA - PARAGUAY (0-2)

En el primer partido de la segunda jornada del grupo de Italia, la "generación Weiss" ha naufragado totalmente. El partido fue dominado por completo por los sudamericanos y gente como Sestak o Hamsik, o el mismo W. Weiss estuvieron desaparecidos.

Los goles de Vera (el mejor del encuentro) y de Riveros, dejaron a las claras que el empate guaraní ante la campeona del Mundo vigente en el primer partido no fue una casualidad, y que iban a luchar por estar en la siguiente ronda.

ITALIA - NUEVA ZELANDA (1-1)

El segundo partido del día fue una de las mayores sorpresas de la historia de los mundiales. Los italianos iban a ir a por todas ante una selección muy floja, pero se toparon con un muro y con un gol en "posible" fuera de juego tras un saque de falta y un mal despeje de Cannavaro. Un gol en contra, una victoria que no llega. La azurra se empezó a desesperar y a llegar al área neozelandesa asediándola, encontrándose con una buena defensa, o con un seguro Mark Paston, que lo detuvo todo excepto el penalty lanzado por Iaquinta, también dudoso.

David venció a Goliath. la selección 79ª del mundo le gana a la 4ª, y vigente campeona. Este mundial se anima poco a poco.

BRASIL - COSTA DE MARFIL (3-1)

El que presumía ser uno de los partidos más interesantes del campeonato se convirtió en un encuentro con mucho contenido, pero con poca rivalidad. Brasil jugaba lento, pero seguro. Los africanos casi no existían. La selección que le plantó cara a la Portugal de Cristiano no estaba por ninguna parte. Gervinho, el mejor de los de Erikson en el primer partido, estaba en el banquillo. Y Didier Drogba empezó de titular, pero si no le llegan balones, pues de nada sirve.

Luis Fabiano en dos ocasiones (una de ellas tras controlar el balón dos veces con el brazo), y Elano metieron los goles de la canarinha. En el último cuarto de hora del encuentro llegó la "acción". Entradas duras de los africanos que dejaron un lesionado y varias tarjetas amarillas que pudieron ser algo más. Un gol de Drogba que servía de poco. Y una bronca al final del partido provocada por un choque de un marfileño con Kaká, que estaba ahí y que fue injustamente expulsado. El árbitro francés se dio un baño de multitudes.